¿Identidad = Crisis?
Actualmente, la cuestión de las identidades culturales se ha transformado en tema central, tanto como para análisis de los procesos sociales, como en la elaboración de los proyectos políticos.
Si nos retrotraemos
en el tiempo, en cierto bloque histórico, cultura y política eran dos conceptos
separados que nada tenían que ver uno con el otro. Pero hace unas 30 décadas,
aproximadamente, comenzaron a verse los efectos que causaría la pareja cultura
+ política. Así se diseñaron políticas culturales acordes a cada país y estos
dos conceptos comenzaron a ir de la mano. Para el desarrollo de estas políticas
culturales un factor determinante a tener en cuenta fueron las competencias
identitarias de los diferentes grupos culturales que conforman una nación.
Interrogantes hay
millones: ¿Qué es lo que determina el ser armenio? ¿La terminación “ian” es una
condición necesaria? ¿Qué es el ser armenio? ¿Poseer el “ian”? O ¿también es
armenio aquél que sienta como propia toda la herencia cultural que tiene todo
armenio? ¿Es un sentimiento? ¿Es una identificación? ¿Es cuestión de raíces? ¿Es
una cuestión de nacionalismo? Es una cuestión de orgullo. Cada uno lo sentirá
de forma distinta y tendrá su forma de justificar el sentimiento, pero hay algo
que sabemos con seguridad: hay muchas personas que se sienten armenios sin poseer esa
terminación en su apellido y ejemplos de ello sobran. No hay reglas generales
que determinen un sentimiento ni una identificación, son de lo más subjetivo
que tiene el ser humano.