Testimonios de los alumnos del Insitituto Marie Manoogian
Candela Torosian, 4º año
La historia de mis bisabuelos maternos Boghós y Flora Bedrosian.
Él contaba que era de una familia muy numerosa, era uno de los mas chicos.
Siempre recordaba la noche previa a cuando Hadjin fuera atacada. Su padre
estaba muy preocupado porque se escuchaba el ruido de los bombardeos que cada
vez estaban más cerca. Como mi bisabuelo era un niño muy valiente, trataba de
darle ánimos a su padre, pero éste sabía que el final estaba muy próximo. Le
dijo entonces que su apellido tenía que perdurar. Tomó unos trozos de carne de
caballo seca y se los colocó en el bolsillo de su saco. Le dijo que tomara el
arma que había en la casa y se fuera a pelear con el resto de los jóvenes, que
el se quedaría a cuidar al resto de la familia. Mi bisabuelo era sólo un niño
que en ese momento, se estaba convirtiendo en un hombre. Secando sus lágrimas
se sentó a la mesa que su Morakuir estaba sirviendo. Todos lloraban.
Ella les dijo: “vamos a tomar una sopa, si morimos por lo menos hagámoslo con
la panza llena”.
Finalmente mi bisabuelo fue a encontrarse con el resto de los niños-jóvenes
hadjentzí que con mucha valentía enfrentaron al
enemigo.
Pasaron muchos años, nunca más vio a su familia. Quedó
huérfano, sin hermanos, sin tíos. Todos murieron.
Luego, la vida le dio revancha, porque pudo armar su propia familia,
con una mujer tan valiente como él que era mi bisabuela Flora, quien había
vivido una historia similar. Sólo
que ella no había perdido a su familia: había vivido durante dos años en el
desierto siendo muy pequeña, pero ella siempre decía que hasta de los momentos
malos, uno podía aprender. Todo servía para crecer, hasta estos dolores tan
terribles.
Mi bisabuela, con 18 años,
embarazada de mi abuela, se embarcó hacia América con la única compañía de su
hermana Lusadz que era tres años menor. Mi bisabuelo Boghós, debió quedarse en
Marsella ya que tenía un problema en la vista. Llegaron primero a Montevideo,
Uruguay, donde un tío materno las estaba esperando. Allí nació mi abuela
Hayguhí
que lleva el nombre de la hermana mayor de mi bisabuelo, quién había muerto en
manos de los turcos, la misma noche en que mi
bisabuelo vio por última vez a su familia.
Gabriel Ingrassia, 2º Año
Ésta es la historia de mi bisabuela, Zaruhí Guiragossian de
Kaprielian. Tenía 3 años cuando sucedió el terrible Genocidio, que conmocionó a
todos los armenios.
Ella fue regalada a una familia turca. Estaba sola, nunca se supo si tenía
hermanos.
Este matrimonio turco la maltrataba y la usaba como esclava, para las tareas de
limpieza. Fue tal el maltrato, que a los 7 años, se escapó por una puerta
trasera que llevaba a un camino incierto.
Después de caminar muchos kilómetros, encontró una iglesia, donde había otros
armenios refugiados. Se instaló allí.
Cuando tenía 15 años, llegaron a la iglesia dos hombres. Uno –mi bisabuelo-,
buscaba a una chica con quien casarse. El cura, entonces, llamó a todas las
mujeres, las puso en fila, para que el hombre eligiera.
Cuando mi bisabuelo señaló a mi bisabuela, ella sintió que todos sus sueños se
derrumbaron: se casó, a los 16 años, tuvieron 11 hijos, y vinieron a la
Argentina, donde murió a los 92 años.
Mané Tatoulian, 2º Año
El papá de mi
papá, es decir mi abuelo, se llamaba Tatul Tatulian. Él tenía 8
años cuando empezaron las matanzas de Genocidio. Vivía con sus tres hermanos y
tres hermanas, y su mamá. Dos de sus hermanas fueron asesinadas.
Como los turcos atacaban a los pequeños pueblos de la zona, la familia de mi
abuelo tuvo que escapar. A su hermano mayor, Hovsep, lo llevaron a los botes,
donde lo quisieron ahogar, pero como sabia nadar se escapó, salvando a su vez a
una señora con un hijo. Vivió un unas cavernas por unos meses. Luego de un
tiempo, se trasladó a Adaná.
Mientras tanto, mi abuelo con su mamá, tuvieron que cruzar todo el desierto
hasta llegar a Adaná. Allí, se encontraron con Hovsep, y todos juntos se
escaparon en los buques franceses a Atenas. Allí se instalaron en un barrio
armenio llamado Fix.
Como habían perdido todos sus bienes, les quedaban pocas cosas, y era muy
difícil sobrevivir. Mi abuelo se vio obligado a trabajar. Pero además de
trabajar (era lustrabotas), iba a la escuela en secreto. Él amaba leer. Y llegó
el día, en que le trajo como sorpresa a su mamá, el diploma de finalización de
la secundaria. Además, por haber sido un estudiante sobresaliente, le habían
ofrecido viajar a EEUU para continuar los estudios, pero el se negó: quería
viajar a Armenia.
Mi abuelo se casó con una mujer armenia, nacida en Grecia, llamada Arshaluis. Y
a los 25 días, volvieron a Armenia. Allí nacieron mi papá y mi tío.
A mi abuelo le encantaba viajar. Sabía 7 idiomas. Uno de sus viajes, fue a la
Argentina, donde editó uno de sus libros
La familia de mi mamá, vivía en un pequeño pueblito de Armenia, llamado
Hoktemberian. En la época de matanzas, estaba repleto de turcos.
Una vez, mi bisabuela -tendría unos 10-12 años-, estaba viajando con su papá en
carreta. Él le había pintado toda la cara con carbón, y le había tirado una
manta encima, para que no la vieran. De pronto un turco se aproxima al carro, y
con la punta del arma, le levanta la manta. Le pregunta por ella a su padre. Él
responde que la niña estaba enferma, sucia y no sabía hablar bien, para que no
se la llevaran, ya que los turcos se llevaban a las jóvenes lindas. Y así, el
turco no se llevó a la abuela de mi mamá, y ella sobrevivió. Años después, esta
historia, se la contaron a mi abuela, mi abuela a mi mama, y mi mamá me la
contó a mí.
Matías Margossian, 1º Año
Mi
bisabuelo Carlos (Garabed). Era originario de
Kilís, una ciudad fronteriza separada por una calle con Siria. Los de su
familia eran terratenientes y tenían cultivos de olivo.
Cuando
vieron el peligro inminente, cruzaron internándose en Siria y se instalaron en
Damasco, donde nació el hermano menor llamado Samuel Margossian. En Damasco, el
papá de mi bisabuelo Garabed, Hovannés, se internaba en los pueblos de campo y
canjeaba reparación de cacerolas (estañado) por alimentos para su familia. Al
poco tiempo pusieron un pequeño comercio para atender a los soldados franceses.
Cuando pudieron ahorrar lo suficiente, vinieron a la Argentina. Primero vino mi
bisabuelo Garabed y se instaló en un conventillo en la zona de Boedo (de allí
que la familia Margossian sea simpatizante futbolísticamente de San Lorenzo de
Almagro). Desde aquí llamó a
sus padres y hermanos. En un primer momento trabajó como operario en un
frigorífico, y por recomendación de su padre, se dedicaron al comercio, al
principio en forma ambulante y al poco tiempo pudieron abrir una tienda de
barrio.
Benik y Elen Simonian, 3º Año
Aunque no hayamos estado presentes en el genocidio,
lo sentimos tan
cerca de nosotros y tan fuertemente como si lo hubiéramos vivido en carne y
hueso.
La familia de mi bisabuelo de parte de mi papá, vivía en Mush, una de las
ciudades atacadas por el ejército otomano.
Los turcos, invadieron su casa y se los llevaron a todos al desierto. Una
noche, después de mucho tiempo de estar caminando, ya cansados y deshidratados,
la familia creó un plan de escape. Cuando se presentó la oportunidad de
escapar, lo hicieron sigilosamente: caminaron hacia el otro lado del desierto,
tratando de alejarse de los turcos.
En un momento, ya habiéndose alejado bastante, mi abuelo, Mushej, quién sólo
tenía 6 años, le dijo a su madre que tenía que hacer sus necesidades. La mamá
le señaló un árbol a una cierta distancia, y le dijo que ahí podía ir. A todo
esto, los otomanos se dieron cuenta que les faltaba gente, y salieron a
buscarlos por el desierto. Mushej, estaba volviendo a donde estaba su familia,
ve cómo se acercan los turcos, y matan sin piedad a su mamá, su abuelo, su
abuela, y sus hermanos. Mushej terriblemente apenado y asustado, se esconde
detrás del árbol. Un grupo de caminantes lo encontraron solo, indefenso.
Lo llevaron al orfanato estadounidense. Allí Mushej, más tarde, conoció a
Sanam, también de Mush, quien había quedado sola como él, sin su familia, y se
hicieron muy buenos amigos. Pasaron los años y entre Sanam y Mushej nació
el amor. A todos los jóvenes del orfanato se los querían llevar a Estados
Unidos, pero Mushej había decidido escaparse antes de que se los llevaran.
Junto con él se llevó a Sanam. Ellos fueron a vivir a Leninagán, ahora Gyumrí.
Allí
construyeron un hogar, y tuvieron cuatro hijos: Ruzan, Frunz, Albert, y Clara
Mkrtchian, mi abuela.
Mi bisabuelo Mushej vivió teniendo los recuerdos de su cruda infancia
presentes toda su vida, pero nunca les contó a sus hijos sobre lo vivido en el
genocidio, sino días antes de morir, cuando les cuenta a mis abuelos, todo el
sufrimiento que tuvo que soportar al ver a su familia ser asesinada.
Mi tío abuelo, Albert, quien es productor y director de cine , filmó el año
pasado una película que habla sobre el genocidio y como material para el film,
tuvo en cuenta la historia de su papá. Esperamos que algún día, la película
pueda ser vista en la Argentina,
y nosotros tener bien presente nuestro pasado, para construir nuestro futuro.
Belén y Álvaro Tokatlian, 1º
Año
Mi bisabuela paterna: cuando tenía 5 años, los turcos sacaron a toda la
familia de su casa en Aintab. Los llevaron hacia el desierto, en caravanas.
Allí, se perdió, no vio más a su mamá, y la llevaron entonces a un orfanato.
Muchos años después, se reencontró con ella, gracias a la Cruz Roja. Mi
bisabuela y su hermana vinieron a la Argentina, para casarse.
Mi bisabuelo paterno: vivía junto a sus padres en Aintab. Su familia era
muy rica, y su papá era el caudillo del barrio. Había preparado túneles para
que la gente escape. La noche de la matanza, hizo escapar a todo el barrio por ese
túnel. Él era el último… pero los soldados turcos lo mataron antes de que baje.
La mamá de mi bisabuelo quedó ciega instantáneamente, y murió al poco tiempo,
de tristeza. Mi bisabuelo vivió con sus tíos unos años, y junto a su hermano,
viajó a América (Argentina). Estando aquí, le pidió a unos parientes que le
envíen a una chica armenia para casarse (mi bisabuela, del relato anterior).
Mis bisabuelos paternos, de parte del papá de mi
papá: vivían en Smirna. Ya
estaban casados, y tenían un hijo. Cuando empezó la Primera Guerra Mundial, se
llevaron preso a mi bisabuelo, junto con su hermano, porque no quisieron servir
al ejército turco. El hermano falleció en prisión, pero mi bisabuelo pudo
escapar. Mi bisabuela y su hijo, escaparon a Grecia, mientras el marido estaba
preso. Él, cuando escapó de la prisión, se dirigió al puerto de Smirna, y allí
vio cómo soldados turcos mataban a todos los armenios y griegos que querían
escapar. Los barcos griegos e italianos que esperaban fuera del puerto, no
tenían permitido entrar. Ante la desesperación, todos, incluyendo mi bisabuelo,
se tiraron al mar, y nadaron hasta los barcos. Llegó a Grecia, por fin. En
seguida puso un aviso en el diario buscando a mi bisabuela, ¡y así se
encontraron! Mi abuelo nació en Grecia. Cuando cumplió 25 años, en 1950,
decidió trasladarse con toda la familia a Argentina, y empezar aquí una nueva
vida.
Jazmín Boyadjian, 1º Año
La historia es sobre el tío de mi papá, que se
llamaba Armenak Tarpinian.
Era de Hadjin. El tenía 11 años cuando en vísperas del 24 de abril, mataron a
su mamá, a la cuñada y a su hermana. Las vio muertas en una pirámide humana de
cadáveres. Justo pasaba un turco con una bayoneta para verificar que estén
todos muertos. Entonces Armenak se tuvo que tirar sobre los cadáveres y hacerse
el muerto. El turco le clavó la bayoneta por la espalda, arriba de la cintura
atravesándolo de lado a lado. Tuvo que aguantar el dolor, sin emitir ningún
sonido ni gesto.
Después de un rato, cuando vio que no había ningún turco merodeando la zona,
trató de caminar en busca de ayuda. Una familia turca, amiga de los
hermanos de él, lo reconoció. En ese mismo instante pasaba otro turco, que
amenazó con matarlo, pero esta familia trató de salvarlo diciendo que ellos
mismos iban a matarlo.
Lo llevaron a su casa y le dieron trabajo como pastor. Tuvo que cambiar su
nombre por el de Ahmed.
Unos años después, los hermanos que habían sobrevivido, lo fueron a buscar. Sin
embargo, él no estaba seguro de quererse ir, ya que se había acostumbrado
a estar ahí. Hasta que lo convencieron. La familia turca tampoco
permitía que se lo llevaran, entonces los hermanos ofrecieron dinero a cambio
de la libertad de Armenak.
Alexis Mouradian, 1º Año
Mi bisabuelo, el papá de mi abuelo materno,
nació en Marash. Tenía 9 años cuando ocurrió la matanza, y él, con sus tres
hermanos, su papá, y su tía con sus 11 hijos, (de los cuales uno solo llegó con
vida a
Mi tatarabuelo, fue asesinado por los turcos. A mi bisabuelo, nacido en Samson,
lo separaron de sus dos hermanos, y cada uno fue a un orfanato distinto. 35
años después, mi bisabuelo, por medio de
Ninguno de los dos supo nada más del hermano más pequeño.
Mis otros tatarabuelos, habían sido informados de las matanzas. Por ese motivo,
salvaron sus vidas y se dirigieron a Grecia. Fue allí donde se conocieron mis
bisabuelos paternos, y después emigraron hacia Argentina.
Mi bisabuela (mamá de la mamá de mi papá) había nacido en Adaná.
Mi bisabuelo (papá de la mamá de mi papá) había nacido en Urfá.