"Debemos aprovechar la curiosidad de los chicos. Hay un mundo lleno de historias, paisajes, arte, ciencia y magia que podemos mostrarles en armenio"
Zarmanazan es un programa intensivo de diploma universitario diseñado para maestros armenios occidentales en la diáspora armenia, certificado por el Instituto Nacional de Lenguas y Civilizaciones Orientales (INALCO), de París. Está organizado por la Fundación Gulbenkian. Esta Fundación fue creada en 1955 gracias al legado del filántropo Calouste Gulbenkian (1869 – 1955) ingeniero y empresario, quien también fue el segundo presidente de la UGAB mundial. La Fundación tiene un Departamento de Comunidades Armenias, dirigido desde 2013 por Razmik Panossian, y entre unos de sus programas más importantes se encuentra “Zarmanazan“. La misión de este departamento es: la promoción y preservación de la lengua armenia y de su cultura; el desarrollo de la diáspora vinculando sus diferentes partes e invirtiendo en educación; la mejora de las relaciones armenio-turcas alentando proyectos que fomenten una compresión común de su historia compartida y la preservación y puesta a disposición el patrimonio literario armenio.
¿Cómo es la preparación para participar del programa Zarmanazan, en cuanto a los textos que hay que leer, los exámenes previos al viaje, etcétera?
A partir de la confirmación de la inscripción, cada docente tiene reuniones virtuales, tanto con Anahid Donabedian, la coordinadora del curso, como con las profesoras que estarán a cargo de las clases. Cada una de ellas envía variados materiales de lectura y videos, que es necesario leer y mirar, para luego completar cuestionarios con información objetiva y con opiniones subjetivas acerca de lo leído/visto. Por otra parte, solicitan videos de cómo damos normalmente una clase para que, de esa manera, ellos también puedan ver sobre qué base será necesario trabajar.
¿Cómo transcurrían los días allá?
Las semanas no existen como las conocemos aquí. Ellos los llaman los զարմանաշաբաթ (zarmanashapat), y son semanas de seis días: cinco días de intenso trabajo y uno de descanso, para volver a comenzar. Durante esos cinco días, la jornada comenzaba con un desayuno a las 8 de la mañana, para luego iniciar las clases desde las 8.30 hasta las 11.30. Al finalizar este bloque, y hasta las 13.00, nos invitaban a realizar observaciones de los talleres que se llevaban a cabo, en los que podíamos observar la práctica de la teoría que estábamos viendo en las clases. Luego del almuerzo, a las 14.00 comenzaba otro período de observaciones, o reuniones con Ani Garmirian [responsable del área educativa-pedagógica del Departamento de Comunidades Armenias de la Fundación Gulbenkian], en las que debíamos realizar un informe de lo observado y reflexiones sobre nuestra propia práctica docente. Por la tarde, de 16.30 a 19.30, tenía lugar el segundo bloque de clases, incluida una de un idioma desconocido absolutamente por todos –que este año fue el dakota-, para que podamos vivenciar qué sienten nuestras alumnas y alumnos cuando nos expresamos en un idioma que no conocen, y cómo es posible hacerse entender sin tener que recurrir a la traducción.
Luego de la cena, generalmente nos juntábamos todos los participantes del programa, niñas y niños, adolescentes, guías, instructores, docentes, profesores y responsables del proyecto Zarmanazan, en un gran salón en el que se realizaban juegos grupales, presentaciones de obras de teatro, videos, música o la audición de la radio, todas actividades preparadas por los mismos chicos en los talleres.
Después de las 21.30, el grupo de docentes se retiraba y allí organizábamos el trabajo del día siguiente, ordenábamos apuntes, terminábamos algún trabajo práctico que debíamos entregar, y luego salíamos a caminar o realizábamos juegos o bailábamos, para despejarnos un poco, ya que la jornada era intensa. El sexto día, zarmanaguí, nos llevaban de paseo a ciudades cercanas o a museos o a la montaña a hacer trecking, todas actividades muy bien organizadas y realmente significativas.
¿De qué forma y cuándo comenzaron a aplicar en el Jardín lo que aprendiste en Zarmanazan?
Lo fuimos aplicando inmediatamente. En realidad, ya la visita en 2018 de Ani Garmirian y Anahid Sarkissian (pedagoga y escritora) fue muy inspiradora. El recorrido que hacemos como docentes, y especialmente los de idioma armenio, es el de una búsqueda permanente. Constantemente es necesario evaluar los resultados, ver qué nuevos paradigmas se ajustan a las nuevas realidades, y avanzar hacia la búsqueda de trasmitir nuestra rica y hermosa lengua. Y estos profesionales altamente calificados internacionalmente te orientan, te explican, te ayudan a reflexionar sobre nuestras prácticas y te dan un marco teórico al que, por lo menos en lo que se refiere al idioma armenio occidental, no solemos tener acceso.
El trabajo se basa principalmente en un cambio de mirada. Como profesionales de la educación, tenemos una formación sólida para enseñar a niños pequeños, y lo que pudimos ver –y ya estamos aplicando- es que enseñar armenio no debe ser solamente repetir palabras o frases y memorizarlas. Una lengua existe en la medida en que está viva y se utiliza para comunicarse. La estrategia principal es crear situaciones comunicativas reales, para utilizar el idioma en contexto, y que trascienda el ámbito del aula. Se tienen en cuenta también los intereses de los niños y, sobre todo, el juego como medio para el aprendizaje, algo que en el Nivel Inicial es cotidiano.
Así es que el año pasado realizamos varios proyectos de arte y ciencia (en Sala de 4 criamos gusanos de seda y vimos todo el ciclo de crecimiento, hasta que se convierten en mariposas; en Sala de 5 preparamos compost con las/los alumnas/os, quienes aprendieron acerca del cuidado del medio ambiente y la transformación de la basura en tierra fértil), y comenzamos con proyectos de matemática también, siempre en armenio.
Debemos aprovechar la curiosidad, los gustos y las necesidades de los chicos, y plasmarlos en proyectos que sean significativos para ellos mientras, casi sin darse cuenta, aprenden armenio. Hay un mundo lleno de historias, paisajes, arte, ciencia, descubrimientos e incluso magia que podemos mostrarles en armenio, sin limitaciones. Hace poco leí una frase de Arnold H. Glasow, que retrata lo que quiero expresar: “Uno de los principales objetivos de la educación debe ser ampliar las ventanas por las cuales vemos al mundo”, y de eso se trata, de ampliar, de abrir, de ir más allá…
En el 2020 vamos a seguir trabajando en base a esta nueva modalidad, y ya estamos pensando en varios proyectos que creemos van a resultar muy enriquecedores, para cuando retomemos las clases [tras el levantamiento del aislamiento social obligatorio].
Siendo esta la segunda promoción de Zarmanazanianos, ¿qué cambios notaron, tanto en la forma en la que se enseña armenio como en los resultados en los niños?
En el Nivel Inicial los cambios se van viendo en el día a día, en la alegría con la que los chicos reciben las propuestas, y en la forma en la que de a poco comienzan a utilizar el armenio para comunicarse espontáneamente con las docentes. El año pasado realizamos reuniones con todas ellas para ir viendo los cambios que debíamos realizar, y este año ya los comenzamos a aplicar en las salas.
En estos dos campamentos (2018 y 2019) participaron docentes de todos los colegios armenios de Buenos Aires. El tipo de conocimiento adquirido (o el seguimiento que realiza la Fundación para validar el título) ¿requieren algún tipo de trabajo en conjunto de las distintas escuelas? Y, si no lo requieren, ¿se da igual?
No lo requiere como condición, pero es muy interesante y positivo promoverlo.
En lo que se refiere a los alumnos, el año pasado realizamos dos encuentros con la Sala de 4 años del Instituto San Gregorio El Iluminador y nuestra Sala de 4, una vez en el Marie Manoogian y otra vez allí, y te puedo asegurar que para las alumnas y alumnos de las dos escuelas fue como mágico ver y conocer que había otros niños, como ellos, que aprendían, jugaban, y cantaban en armenio.
Con respecto a los docentes, tenemos contacto pero en realidad hasta ahora no se ha generado ningún espacio. Creo que debe haber un proyecto concreto para que esto se dé.
¿Esta propuesta educativa organizada por la Fundación Gulbenkian es sólo para el Nivel Inicial, como se tiende a creer?
No, la propuesta es para todos los niveles. Hay actividades que son para Nivel Inicial, otras para Primaria, e incluso para Nivel Medio. Se trata de una metodología de enseñanza y, te diría más, es una filosofía de educación. Si bien es cierto que cada comunidad, e incluso cada escuela, tiene su realidad, estoy totalmente convencida de que es aplicable a todos a los niveles. Lo que se propone desde Zarmanazan es coincidente con las propuestas de los diseños curriculares vigentes en Argentina. De hecho, una de las clases que tomamos era de Literatura y Escritura Creativa, y estaba orientada a alumnos del segundo ciclo de Primaria, y para mí fue muy rica igual, ya que de todos modos me acercó muchas ideas sobre cómo fomentar la creatividad y el pensamiento crítico, que podemos aplicar en Nivel Inicial. Como te decía, este año ya comenzamos a trabajar esta modalidad en todas las salas del Jardín, desde la Sala de 2 a la de 5 años así que nos espera un 2020 lleno de proyectos y también de desafíos, pero estoy convencida de que este es el camino.