La Biblioteca del IMM ¿Un lugar especial?
En cada recreo, o al finalizar el almuerzo, la mayoría de las chicas o chicos van a la biblioteca a ver qué pueden leer, qué libro se pueden llevar a su casa o a realizar algunas consultas ¿Cómo se logra este acercamiento de los alumnos a la biblioteca?
Uno puede observar una puesta en escena, arriba de la mesa de biblioteca se observan todo lo que parece tentador para un adolescente: Novelas, una batea exhibiendo en un lugar central la literatura juvenil, una temperatura ideal y un buen aromatizante.
Le preguntamos a nuestra bibliotecaria, María Izco que es Profesora en Lengua y Literatura y Licenciada en Audiovisión, cómo lleva adelante esta gran tarea.
- Una de las cosas que veo en varios lugares, es que las bibliotecas están desapareciendo ¿Es así? ¿Por qué?
Es relativo, las bibliotecas están cambiando porque las formas de acceso a los libros han ido modificándose. Hay mucho material al que se puede acceder sin tener el libro físico, muchísimo más aún que se digitaliza y que de esa forma ocupa menos espacio. Hoy parecería todo se vuelve una cuestión de organización y espacio, porque el libro que no se abre ocupa un lugar que podría usarse para otra cosa. Pero el error es creer que la biblioteca sólo sirve como depósito, cuando en realidad está atravesada por muchos proyectos de gran importancia social.
Lo que sí es bien concreto es que las bibliotecas están desiertas, el grupo de gente que las utiliza es cada vez más reducido y, si bien es cierto que muchas bibliotecas de barrio parecen desaparecer, en realidad se trasladan y a veces surgen algunas nuevas y muy hermosas como la Biblioteca Popular Fundación Biro en Colegiales.
- ¿En qué se diferencia la biblioteca de nuestro colegio a otras bibliotecas escolares?
La gran diferencia es que la nuestra son dos bibliotecas juntas. La mitad es una valiosa biblioteca armenia, heredada de lo que fue la Biblioteca UGAB, con libros que son parte del prodigioso acervo cultural de esta prolífica comunidad y la otra parte es una biblioteca escolar tradicional que cuenta con muchísimo material.
- ¿Cuál es la idea del proyecto “la biblioteca va al aula”?
La idea es que leamos juntos en las horas libres. Cuando falta un profesor hay un tiempo en el que podemos conocernos y conocer algo más, por eso hoy los alumnos saben que si un profe no está, entro yo con algo para leer. Para esos momentos trato de buscar cuentos, ensayos o comienzos de novelas que los interpelen, les presento autores contemporáneos, material que aborde alguna temática de actualidad o clásicos según los gustos que predominan en ese curso. En esos espacios hemos leído desde Edgar Allan Poe hasta Chimamanda Ngozi Adichie. Alguna vez he llevado literalmente parte de la biblioteca al aula para que cada uno agarre un libro y lea un rato en silencio.
- En los tiempos de educación remota, lograste generar una biblioteca virtual a través del classroom ¿Cómo lograste instrumentando?
Sentía que el espacio de la biblioteca había desaparecido en medio de la pandemia y sé que para algunos alumnos, que entraban a la biblio todos los días en todos los recreos, era importante que siga existiendo. Así que cambié los libros de papel por los EPUB y decidí armar posteos con distintas propuestas de lectura, algunas determinadas por efemérides culturales, para ir subiendo gradualmente. Por otro lado, el año 2019 inscribí a la escuela en un concurso literario que me gusta mucho, en el que Thiago (que hoy está en quinto año) sacó una mención especial. Volví a hacerlo el año pado y subí las bases a Classroom; enseguida empezaron a comunicarse para participar. Mi idea fue sostener el intercambio que había cuando estábamos en la escuela, seguir acercándoles lecturas y material cultural que despierte su interés y su amor por los libros, más aún en esta excepcional circunstancia en la que se pueden convertir en un medio para soñar con otros mundos y otras historias durante un buen rato.