Un libro único en su género
El martes 11 de agosto, El arte que no calla, “habló” en el Salón Dorado de la Casa de la Cultura de la Legislatura Porteña. El libro, realizado por Diana Dergarabetian, reúne obras de los artistas de la Comunidad Armenia, testimonios y experiencias de sus antepasados durante la tragedia sufrida en 1915. La presentación de esta obra tuvo como oradora a Mirta Djeredjian de Sarafian, Profesora de historia y crítica de arte, a quien Diana eligió especialmente, porque “este libro es de arte, pero también de historia y de testimonios”, explica. Mirta introdujo una reseña sobre el Genocidio Armenio, para luego hablar del libro. “A través de un estilo coloquial y relatos recreados de nuestros abuelos, aporta datos sobre la economía y la forma de vida de ese momento” cuenta. Para la oradora, el arte expresa sin palabras el horror, relata el sufrimiento, el desgarro, el abandono de personas, de tierras, la violencia, el hambre y el frío y otras marcas que quedaron como huellas en las generaciones siguientes. En cuanto al proceso de escritura, Diana Dergarabetian cuenta que hizo un viaje imaginario al pasado para saber cómo vivían y qué sentían. Diana trató, con esfuerzo, de que en los relatos, esté plasmado lo que los protagonistas querían decir, sin modificar la esencia del testimonio y manteniendo la frescura del mensaje oral. Para hacer ese viaje, tuvo que hacer el ejercicio de ponerse en el lugar del otro, de preguntarse cómo hicieron los sobrevivientes para salir adelante a pesar del dolor, para llegar a un país desconocido, y así entender la resiliencia de los armenios. “No importa que hayan pasado 100 años, el dolor continúa”, dijo. Sin embargo explicó que a través de ciertos acontecimientos que tuvieron lugar durante este año – el año del Centenario – sintió que las cosas se pusieron en su lugar: con el acto mundial en el Dzidzernagapert, los actos por el Centenario en Buenos Aires, la misa del Papa Francisco en Roma en abril y con la beatificación de los mártires del Genocidio, en la Santa Sede de Etchmiadzín. Por eso el último párrafo del libro está dedicado a su hija, para convertir el dolor en vida y seguir adelante con memoria y transitando un camino con luz. Antes de las palabras de la autora, el tenor Marcelo Kevorkian y la pianista Cecilia Varela llenaron el salón de música y más emoción, interpretando las obras “Dziraní Dzar”, “Pam Porodán” y “Hayastán” del Padre Gomidás, también víctima del Genocidio Armenio. Para cerrar el acto, la presentadora Patricia Basmadjian invitó a Claudio Avruj, Subsecretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Ciudad de Buenos Aires y Presidente del Museo del Holocausto, quien expresó que sintió identificación con el libro como parte de la colectividad judía a la que pertenece y calificó a la obra como un “hallazgo” y un “eslabón” entre esta generación de armenios que él conoce y la historia de hace 100 años del Genocidio Armenio. Este hermoso Salón Dorado, situado en el centro porteño, que tantas celebridades, actos culturales, conciertos y figuras de las artes vio pasar, sumó historia armenia gracias a esta presentación. ]]>