Garní, el lugar de veraneo de los reyes
El lugar fue una importante base militar, ya que se encuentra en un promontorio triangular, ubicación ideal para la defensa. También fue la residencia de verano del rey, allí hubo también un palacio, otras viviendas y construcciones que lamentablemente no lograron vencer el paso del tiempo y llegar a nuestros días.
El templo fue construido en el siglo I por el rey Trdat y según cuentan, se construyó con fondos que Trdat recibió del emperador Nerón durante su visita a Roma y está dedicado al dios Mitra (dios de la luz solar. Original de la mitología persa y adoptado por los romanos). Es parte del circuito turísitico Garní – Keghart, aunque no tienen nada que ver el templo del siglo I con la iglesia del siglo XIII.
En cuanto a la arquitectura, Garní mantiene el estilo clásico helénico: el techo está sostenido por 24 columnas de estilo jónico y cuenta también con sótanos y áticos.
En 1969 un terremoto destrozó el lugar, pero años más tarde fue restaurado. Para ello se utilizaron fragmentos originales del templo y también se prepararon piezas nuevas para completar las partes faltantes.
El templo pagano cuenta con una imponente escalinata que lleva a la sala central, en la cual, según cuenta la leyenda, se llevaban a cabo los ritos sagrados romanos. Tiene otras construcciones importantes como el (muy moderno para su época) baño público, el cual tiene una reserva de calefacción que se conserva aún hoy. El piso del interior está decorado con coloridos mosaicos y se destaca la figura de Tetis (en la mitología griega, una de las Nereidas, criada por Hera y madre de Aquiles). Hay varias inscripciones en griego (en koiné, una variante de la lengua griega), en una de las que está todavía intacta se puede leer “No recibimos ningún muerto del mar ni del océano”, que hace referencia a la Nereida griega y sus mitos.
En el 2007 el baño romano se abrió al público, luego de ser refaccionado consta de tres partes: cada una más caliente que la otra. Se puede acceder a través de una pasarela. Para retroceder en el tiempo y sentirse en la época romana es necesario abonar una entrada de 1000 dram, cerca de 3 dólares.
Año tras año, los alumnos de 5º año del Instituto Marie Manoogian que realizan su tradicional viaje de estudios a Armenia, tienen una parada obligada en el templo de Garní, donde se sacan la típica foto del viaje que plasmará eternamente el recuerdo de haber estado allí.